martes, 18 de septiembre de 2007

Lo que nos une


Saint Exupéry nos da una extraordinaria lección acerca de cómo encontrar lo esencial del hombre en lo que nos une, no en lo que nos separa. Éste es uno de los defectos del mundo actual, en el que los hombres tratan de afirmarse por medio de la oposición, en lugar de tender hacia la unión.


Pues a semejanza del árbol, nada sabes del hombre si expones su duración y lo distribuyes en sus diferencias. El árbol no es semilla, después tallo, tronco flexible, después madera muerta. No es preciso dividirlo para conocerlo. El árbol es esa fuerza que lentamente desposa al cielo. Así pasa contigo, mi hombrecito. Dios te hace nacer, crecer, te llena sucesivamente de deseos, de pesares, de alegrías y sufrimientos, de cóleras y perdones, después te hace entrar en Él. Sin embargo, no eres ni ese escolar, ni ese esposo, ni ese niño, ni ese anciano. Eres aquel que se realiza. Y si sabes descubrirte rama balanceada, bien pegada al olivo, saborearás la eternidad en tus movimientos. Y todo alrededor de ti se hará eterno… El tiempo no es un reloj que consume su arena, sino un cosechador que ata su gavilla.

Cap. I

1 comentario:

Anónimo dijo...

hermoso...