sábado, 26 de julio de 2008

El motor de la acción (II)

¿Es la lógica la que nos impulsa a la acción? No, como mucho nos puede convencer, pero eso no significa que nos transforme interiormente. Siempre hay algo por encima de las cosas que es la que nos ata a ellas, es ese campo de fuerzas del que habla Saint Exupéry. Y esto tiene sentido dentro de un ceremonial, de unos ritos que no tienen valor por el rito en sí, sino por lo que esconden de grandeza y de unión con el universo.
Y no he visto que los hombres se transformaran por los argumentos de los lógicos, ni los he visto convertirse honradamente bajo el énfasis de un profeta bizco. Mas, al haberme dirigido a ellos en la esencia, por el juego de un ceremonial, los he abierto a miluz.
Reclamas el amor contra las reglas que lo prohíben. Y esas reglas han fundado el amor. Y la melancolía de no sentir el amor, la cual debes a las reglas, es ya amor.
El deseo del amor es el amor. Porque no sabrías desear lo que no has concebido todavía.
Cap. CXCIV