jueves, 27 de septiembre de 2007

Creer o no creer en Dios

Frente a la afirmación de Kant de que "Dios era una hipótesis necesaria" para explicar la existencia del universo, ha prevalecido en nuestro mundo actual la idea de que realmente ya no es necesario, y su presencia es cada vez menor en la vida de los hombres. En términos generales, la religiosidad ha desaparecido o se ha radicalizado. Los jóvenes occidentales viven de espaldas a Dios, espantados además de que otros jóvenes sean capaces de inmolarse, matando a otros cientos o miles en su nombre.

Para Saint Exupéry, Dios no es una figura estática, no es una justificación de nuestras crueldades, sino una meta:

Por esto, si deseo enseñarte a Dios, te enviaré primero a escalar montañas, a fin de que, cima de estrellas, tenga para ti su plena tentación. Te enviaré a morir de sed en los desiertos, a fin de que las fuentes puedan encantarte. Después te enviaré seis meses a romper piedras hasta que el sol de mediodía te postre. Después de lo cual te diría: "Aquel a quien ha vaciado el sol de mediodía, está en el secreto de la noche que llega, pues, habiendo escalado la cima de estrellas, se abreva en el silencio de las fuentes divinas."
Y creerás en Dios.
Cap. LXXXI

sábado, 22 de septiembre de 2007

Hacia la conquista de uno mismo


Una de las imágenes más repetidas en los textos clásicos es la de la lucha, el combate o la guerra en general, como símbolo de conquista interior, no como simplemente un acto violento que impone al más fuerte sobre los demás. La conquista es primero y siempre interior y es lo fundamental para convertirnos en Hombres. Tampoco debemos olvidar que el Hombre es aquel que se eleva del mundo terrestre y plano y se verticaliza.

Saint Exupéry maneja magistralmente estos símbolos, uniendo la idea de conquista o construcción de uno mismo a la necesidad de tener un eje de verticalización que es el que nos dirige. Ese impulso vertical es el espiritual.


Y comprendí que era necesario distinguir la conquista de la sujeción. Conquistar es convertir. Constreñir es aprisionar. Si yo te conquisto, libero un hombre. Si te constriño, aplasto. La conquista se realiza en ti, y a través de ti en una construcción de ti mismo. La sujeción es el montón de piedras alineadas y semejantes todas, de las que nada nacerá.

Y se me hizo evidente que todos los hombres podían ser conquistados. Los que velaban y los que dormían, los que hacían su ronda sobre las murallas y los que abrigaban esa ronda. Los que se regocijaban por el recién nacido, o los que se lamentaban por un muerto. Los que oraban y los que dudaban. La conquista consiste en edificarte tu armadura y abrirte el espíritu a las provisiones plenas. Pues hay lagos para abrevarte si se te muestra el camino. Y yo instalaré mis dioses en ti para que ellos te iluminen.
Cap. CX

martes, 18 de septiembre de 2007

Lo que nos une


Saint Exupéry nos da una extraordinaria lección acerca de cómo encontrar lo esencial del hombre en lo que nos une, no en lo que nos separa. Éste es uno de los defectos del mundo actual, en el que los hombres tratan de afirmarse por medio de la oposición, en lugar de tender hacia la unión.


Pues a semejanza del árbol, nada sabes del hombre si expones su duración y lo distribuyes en sus diferencias. El árbol no es semilla, después tallo, tronco flexible, después madera muerta. No es preciso dividirlo para conocerlo. El árbol es esa fuerza que lentamente desposa al cielo. Así pasa contigo, mi hombrecito. Dios te hace nacer, crecer, te llena sucesivamente de deseos, de pesares, de alegrías y sufrimientos, de cóleras y perdones, después te hace entrar en Él. Sin embargo, no eres ni ese escolar, ni ese esposo, ni ese niño, ni ese anciano. Eres aquel que se realiza. Y si sabes descubrirte rama balanceada, bien pegada al olivo, saborearás la eternidad en tus movimientos. Y todo alrededor de ti se hará eterno… El tiempo no es un reloj que consume su arena, sino un cosechador que ata su gavilla.

Cap. I

domingo, 16 de septiembre de 2007

Ciudadela de la Filosofía

En este primer blog es lógico definir los propósitos y el leit motiv que lo inspiran. Así que, echemos manos del diccionario del RAE:

Ciudadela proviene del italiano cittadella, y su significado es:

Recinto de fortificación permanente en el interior de una plaza, que sirve para dominarla o de último refugio a su guarnición.
Así que mi interés podría encuadrarlo entre ser el último refugio de la filosofía, o el lugar para conquistarla..., vaya no está mal.

Lo que pretendo con este blog es rescatar los pasajes más interesantes (¿todos?) de uno de los más grandes libros del siglo XX: "Ciudadela" de Antoine de Saint Exupéry. Y como el nombre de ciudadela ya estaba tomado en blogspot (alguien que lo creó hace varios años y nunca puso nada más allá del primer post) opté por unir Filosofía a Ciudadela.

¿Filosofía de la Ciudadela?, ¿Ciudad de la Filosofía?... Ciudadela de la Filosofía.


Ciudadela, te construiré en el corazón de los hombres.
Cap. II