sábado, 24 de mayo de 2008

La perfección (I)


¡Qué argumentos más precisos nos ofrece A. Saint Exupéry sobre la perfección! Algunos de nosotros nos obsesionamos con llegar a alcanzar la perfección, y otros sin embargo huyen de ello a toda costa, por el miedo a llegar a la obra maestra. La opinión que leemos en Ciudadela es más equilibrada:
Me espantaban los funcionarios de mi imperios porque se mostraban optimistas:
- Eso es bueno -decían-. La perfección está fuera del alcance.
Por cierto, está fuera del alcance la perfección. No tiene otro sentido que el de la estrella para guiar su marcha. Pero la marcha únicamente cuenta y no existen en ella provisiones en cuyo seno puedas detenerte. Pues entonces muere el campo de fuerza que te anima y he aquí que eres como un cadáver.
Y si alguno descuida la estrella, es que quiere detenerse y dormir. ¿Y dónde te asientas? ¿Y dónde duermes? No conozco lugar de reposo. Porque si tal lugar te exalta es porque es un objeto de tu victoria. Pero otro es el campo de batallas donde respiras las victoria nueva, otro ese camastro que te fabricas cuando pretendes vivir.
Cap. CLIV

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